La alimentación
Los alimentos, la dieta, la nutrición, tienen un importante papel en el mantenimiento de la salud y en la prevención de muchas enfermedades
Las deficiencias de hierro, yodo o vitamina A todavía afectan a una gran parte de la población, especialmente en países emergentes.
enfermedades de la abundancia o enfermedades crónico‐degenerativas (ECD) (obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular (ECV), hipertensión arterial (HTA), osteoporosis, algunos tipos de cáncer, etc.),
ya que gran proporción de las enfermedades que en la actualidad pueden prevenirse están relacionadas con nuestros hábitos alimentarios

La Nutrición
Es el conjunto de procesos mediante los cuales el hombre ingiere, absorbe, transforma y utiliza las sustancias que se encuentran en los alimentos y que tienen que cumplir cuatro importantes objetivos.
· Suministrar energía para el mantenimiento de sus funciones y actividades.
· Aportar materiales para la formación, crecimiento y reparación de las estructuras corporales y para la reproducción.
· Suministrar las sustancias necesarias para regular los procesos metabólicos.
· Reducir el riesgo de algunas enfermedades.
Las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas
los únicos nutrientes que nos proporcionan energía o calorías, deben consumirse diariamente en cantidades de varios gramos, por lo que se denominan macronutrientes.
El resto, vitaminas y minerales, se necesitan en cantidades muchos menores micronutrientes; por ejemplo, únicamente necesitamos unos pocos miligramos de vitamina C (60 mg/día) o de cinc y aún cantidades inferiores, del orden de microgramos, de otras vitaminas como B12, folato o vitamina D (10 mcg/día). Sin embargo, todos los nutrientes son igualmente importantes desde el punto de vista nutricional y la falta o el consumo excesivo de cualquiera de ellos puede dar lugar a enfermedad o desnutrición.
Funciones de la grasa
son necesarios para que se absorban dichas vitaminas.
tener colesterol" no es malo, al contrario, es imprescindible. Es un compuesto que el cuerpo fabrica y usa. El problema radica en tener niveles muy altos o muy bajos que, en ambos casos, pueden resultar perjudiciales para la salud. El colesterol es transportado en la sangre en diferentes lipoproteínas. Unas se encargan de sacar el colesterol que sobra de las células y llevarlo al hígado para que sea eliminado a través de la bilis por las heces, estas son las HDL (lipoproteínas de alta densidad, compuestas principalmente por proteínas y una pequeña cantidad de colesterol) que son las que llevan el que coloquialmente llamamos colesterol "bueno" (colesterol‐HDL). En definitiva, lo que hacen es eliminar colesterol y ayudar a reducir los niveles en sangre; tienen, por tanto, un efecto protector. Otras lipoproteínas, las llamadas LDL (lipoproteínas de baja densidad, compuestas principalmente de colesterol), se encargan de llevarlo a las células y depositarlo en los tejidos y cuando están en exceso también lo depositan en las paredes de las arterias contribuyendo a formar la placa de ateroma. Se dice que las LDL transportan el colesterol "malo" (colesterol‐LDL) y su exceso supone un riesgo para la salud. Por ello es importante que exista un adecuado equilibrio entre ambas fracciones HDL y LDL, a favor de las primeras.
Hidratos de carbono
Su papel es energético, son fundamentales en el metabolismo de los centros nerviosos pues la glucosa proporciona casi toda la energía.
La sacarosa, presente en algunas verduras y frutas, se obtiene de la caña de azúcar y de la remolacha que utiliza el cerebro diariamente.
La fructuosa es el principal azúcar de las frutas, pero también se encuentra en verduras y hortalizas.
La lactosa es el azúcar de la leche, es menos dulce y está formada por glucosa y galactosa. El almidón se encuentra principalmente en cereales, patatas y legumbres.
Recomendación:
Es importante tratar de mantener una dieta equilibrada en proteínas, hidratos de carbono y grasas. Con una mayor cantidad de verduras ya que ellas nos proporcionan las vitaminas para nuestro organismos.
Además todos deberíamos seguir unas pautas alimenticias saludables:
Comenzar el día tomando un desayuno equilibrado.
Realizar de 4-5 comidas al día.
Beber al menos 1,5 o 2 litros de agua al día.
Consumir 3 o 5 veces a la semana legumbres, aves y pescados.
Reducir la ingesta de carnes rojas o ricas en grasas.
Controlar el consumo de alimentos fritos, rebozados o precocinados.
Evite tomar bebidas dulces (con azúcar, glucosa, sacarosa, fructosa, etc.).
La ingesta de alcohol no es recomendable.
Tomar platos pequeños pero variados.
Comer sentado, despacio y masticando bien los alimentos

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